Cuando mi suegra moribunda me llamó una noche, no esperaba que me contara un secreto que cambiaría nuestras vidas. Este secreto me llevó a un punto en el que tuve que tomar una decisión difícil.
He estado casada con Dawson durante unos diez años y mi suegra nunca perdió la oportunidad de recordarme que yo no era el tipo de mujer que ella quería para su hijo.
Colette es de esas personas que cree en la verdad, aunque sea amarga. No le importa si la verdad puede herir a quienes la rodean, porque cree que la honestidad triunfa sobre todo lo demás.
“Quería que Dawson se casara con la hija de mi amigo”, me dijo un día cuando vino a nuestra casa. “Siempre pensé que harían una pareja encantadora”.
Sinceramente, quería gritarle, pero no soy de los que le faltan el respeto a nadie. Siempre ignoré sus comentarios despectivos y esa es la única razón por la que nuestra relación sobrevivió.
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