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Un hombre de 80 años insiste todas las mañanas en llevarle el desayuno a su esposa en la residencia de ancianos. Cuando le preguntaron: “¿Por qué su esposa está en una residencia de ancianos?”, respondió:

Un hombre de 80 años insiste todas las mañanas en llevarle el desayuno a su esposa en la residencia de ancianos. Cuando le preguntaron por qué su esposa estaba en una residencia de ancianos, respondió: “Tiene la enfermedad de Alzheimer”.

Entonces le preguntaron: “¿Tu esposa se preocuparía si un día no vinieras a traerle el desayuno?” y él dijo: “Ella no se acuerda, ni siquiera sabe quién soy yo, no me ha reconocido durante cinco años”.
Sorprendida, una enfermera le preguntó:

“¿Por qué le traes el desayuno a tu esposa todas las mañanas, aunque ella ni siquiera te reconoce?” El hombre sonrió, la miró a los ojos y luego dijo: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo sé quién es ella”.

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