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Más fuerte que el botox: mi exfoliante antiarrugas casero

Mezcla la miel y el bicarbonato hasta obtener una pasta.
Agrega una gota de aceite esencial de lavanda y una de incienso.
Aplica un guante tibio en tu rostro para dilatar y abrir los poros.
Frota suavemente tu rostro con el exfoliante con movimientos circulares.
Masajea tu piel con este exfoliante durante 3 a 5 minutos.
Enjuague con agua tibia.
¿Por qué es eficaz?

Este exfoliante es más que un simple tratamiento de belleza. Ayuda a eliminar la piel muerta mientras permite que actúen los aceites esenciales. Después del tratamiento, la piel puede enrojecerse ligeramente, pero desaparece rápidamente. Para obtener resultados óptimos, se recomienda realizar este tratamiento de 1 a 2 veces por semana.

Un consejo adicional:

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