Aplicación tópica:
Aplicación directa: corte una rodaja de limón y frótela suavemente sobre las zonas afectadas. Los ácidos naturales del limón pueden ayudar a mejorar la circulación y reducir la apariencia de las venas.
Aceite de limón: si la aplicación directa te parece demasiado agresiva, puedes diluir el aceite esencial de limón con un aceite portador como el de coco o de almendras y masajear la mezcla sobre las venas. Esto no solo ayuda a la circulación, sino que también hidrata la piel.
Enfoque dietético: Incorporar limones a la dieta también puede contribuir a la salud de las venas. Beber agua con limón durante el día ayuda a purificar la sangre y mejorar la circulación general, lo cual es clave para prevenir y controlar las venas varicosas.
Algunos consejos
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