Otro consejo: la forma clásica de secar las hojas de laurel es colgarlas en un lugar fresco y seco. Basta con cortar unas cuantas en el jardín o en una maceta, lavarlas bien y secarlas con papel. Después, atar las hojas como si fueran un ramo de flores y colgarlas boca abajo en un lugar oscuro y aireado. Dejarlas así durante 15 días. Al cabo de este tiempo, las hojas estarán completamente secas y listas para su uso.
Dejar las hojas de laurel en el frigorífico durante la noche: ¿qué pasa al día siguiente?
Mantener el frigorífico perfectamente limpio es un reto diario. Entre líquidos derramados, alimentos en mal estado olvidados y quesos con un olor fuerte, a menudo se produce una mezcla de olores desagradables en este aparato. Para remediarlo, es importante limpiarlo y desodorizarlo periódicamente para que los malos olores no se absorban en otros alimentos. ¿La solución? El poder desodorante de las hojas de laurel. Ahora que las hojas se han secado, puedes utilizarlas para neutralizar los malos olores del frigorífico.
Simplemente distribuye un puñado de hojas secas en los distintos estantes del aparato. ¡Y listo!
Las hojas de laurel secas también se pueden añadir a tus recetas para dar sabor a carnes, pescados, guisos, etc.
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