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¡Combina estos dos productos y tus ventanas brillarán como nuevas!

La operación de calentar el agua sirve para disolver las distintas grasas presentes en el talco, pero repetimos, no debe hervir. Tenga cuidado de no inhalar los distintos polvos de talco durante la distribución. Una vez añadido al agua, mezcle bien para que se adhiera al líquido: todo adquirirá un color blanquecino.

En este punto podemos introducir todo en un recipiente que nos permita pulverizar fácilmente sobre las superficies: pensemos en un recipiente clásico con pulverizador, quizá reutilizando el que tenemos vacío en casa. Asegurémonos de lavarlo antes.

Cómo limpiar.
En este punto ya tenemos todo lo necesario para limpiar las ventanas. De nuevo, podemos lavar cualquier tipo de cristal: pensemos en ventanas de cristal, espejos y tableros de mesa.

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