Un baño de pies tibio puede hacer maravillas para los pies hinchados. Disuelve la sal de Epsom en un recipiente con agua tibia y sumerge los pies durante unos 15 a 20 minutos. La sal de Epsom, rica en magnesio, ayuda a relajar los músculos y a reducir la hinchazón. Para un efecto adicional, también puedes probar a alternar baños de agua tibia y fría para estimular aún más la circulación.
El toque de la naturaleza: aceites esenciales
Los aceites esenciales, en particular los de lavanda, menta y eucalipto, son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y calmantes. Mezcle unas gotas con un aceite portador, como el de coco o el de oliva, y masajee suavemente los pies. Esto no solo ayuda a reducir la hinchazón, sino que también proporciona un momento de relajación y cuidado personal.
El movimiento importa
Los ejercicios y estiramientos suaves pueden ayudar a aliviar la hinchazón al estimular el movimiento de líquidos desde los pies. Las simples rotaciones de tobillo, flexionar y estirar los dedos de los pies o caminar periódicamente pueden marcar una gran diferencia, especialmente si ha estado inmóvil durante un tiempo.
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