Con el movimiento activo, se forma sudor en la piel y el proceso ocurre especialmente rápidamente con zapatos cerrados. El sudor es un excelente caldo de cultivo para las bacterias, por lo que, sin una limpieza regular, el sudor produce un olor desagradable. Muy rápidamente, ese olor puede aparecer en el calzado deportivo, pero eliminarlo no es tan fácil; lavar y secar no siempre es suficiente.
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