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5 formas de saber si un huevo está fresco o podrido

Tus ojos también pueden ayudarte a identificar si un huevo está vencido o es comestible.

Antes de consumir un producto, lo mejor es inspeccionarlo visualmente para evitar cualquier riesgo. Según el especialista, es necesario comprobar que la cáscara no esté pulverulenta, viscosa o agrietada.

Cualquier aspecto sospechoso puede revelar la presencia de moho. Además, si la cáscara está seca y parece estar en buenas condiciones, rompa el huevo en un recipiente e identifique cualquier decoloración sospechosa.

Por lo general, se trata de un color azul, rosa, negro o verde en la clara o la yema del huevo. De hecho, puede revelar el crecimiento de bacterias que pueden causar intoxicación alimentaria.

Según confirma la doctora Julia Roux, gastroenteróloga, las salmonelas son bacterias que pueden encontrarse en los huevos y en preparaciones a base de huevos crudos o poco cocidos, así como en los productos lácteos.

Estos gérmenes pueden causar salmonelosis, una intoxicación que provoca síntomas como fiebre, diarrea, vómitos e incluso dolor abdominal.

Además, si la yema o la clara del huevo pierden, esto puede indicar que el huevo está viejo pero es posible que no haya alcanzado su límite de uso.

4. Sumerge el huevo en agua.
Según LCI, otra técnica puede ser eficaz para determinar si el huevo todavía es comestible.

Para ello, se debe sumergir el huevo en una cacerola o ensaladera llena de agua. Si se hunde hasta el fondo del recipiente, todavía está en buen estado para su consumo.

Pero si permanece erecto, significa que hay que comérselo rápidamente. Si sube a la superficie, está caducado.

De hecho, cuanto más viejo es el huevo, más humedad se evapora a través de los poros microscópicos y la bolsa de aire se hace más grande. Por lo tanto, cuanto más viejo es el huevo, más flota.

Sin embargo, si deseas consumir huevos inmediatamente, no repitas este experimento.

Esta inmersión puede provocar la pérdida de la cutícula de la cáscara, pero ésta protege al huevo de bacterias como la salmonela.

5. Utilice la técnica del espejismo
La ovoscopia es una técnica para evaluar la calidad del huevo o el desarrollo del polluelo en un huevo fertilizado.

Generalmente esta técnica se lleva a cabo en el entorno industrial utilizando equipos especializados que permiten clasificar los huevos de mesa antes de etiquetarlos y envasarlos.

Pero también puedes hacer el método en casa si lo deseas. Para ello, necesitas un lugar fresco y con poca luz.

Tenga a mano una fuente de luz, como una vela o una linterna pequeña. Sostenga la fuente de luz hacia el extremo del huevo, luego incline el huevo y gírelo de izquierda a derecha. El contenido del huevo debe quedar visible.

Esta técnica permite ver si la burbuja de aire es pequeña o grande. A medida que el huevo envejece, el agua se evapora y es reemplazada por gases. Por lo tanto, cuanto más grande sea la burbuja de aire, más envejece el huevo.

¿Podemos comer alimentos después de su fecha de vencimiento?
Algunos alimentos pueden consumirse varios días después de la fecha de caducidad indicada en el envase. Sin embargo, una persona que consume pescado crudo, huevos o incluso carne caducada corre riesgos para la salud.

Aunque todos estamos en contra del desperdicio alimentario, es necesario revisar con atención los envases de los productos que compramos en los supermercados para asegurarnos de que su consumo es seguro. De hecho, pasar la fecha de caducidad de un producto perecedero nos expone a diversas enfermedades.

A continuación, presentamos una lista de alimentos que se pueden consumir después de la fecha de vencimiento, transmitida por nuestros colegas de Femme Actuelle:

Alimentos que nunca caducan:
Ciertos alimentos, como la miel auténtica, que tiene muchos beneficios para la salud, la sal, el azúcar o incluso el vinagre, nunca caducan y pueden conservarse para siempre.

Alimentos que no caducan, salvo en determinados casos:
Las latas, el arroz, la pasta, la maicena, la harina, los cereales o incluso las verduras secas pueden permanecer intactos mucho después de la fecha de caducidad marcada en el envase. Sin embargo, estos productos pueden infestarse de polillas de los alimentos y estropearse.

Alimentos que se pueden consumir después de la fecha de caducidad

La mostaza, el kétchup, los encurtidos o incluso las especias se pueden conservar y consumir mucho después de su fecha de caducidad. En realidad, la fecha de caducidad de estos alimentos puede haber pasado, pero su sabor puede cambiar con el tiempo.

Otros alimentos que se pueden consumir después de la fecha de caducidad son los productos lácteos como la crème fraîche, el queso, la leche y el yogur. Estos, si no se abren, se pueden consumir una o dos semanas después de la fecha mencionada.

Para saber si están en buen estado, revisa el envase. Si está hinchado, se han desarrollado bacterias potencialmente peligrosas y es mejor tirar los productos. Además, un olor acre y ácido puede indicar que se han estropeado.

 

 

Además, los productos congelados pueden consumirse después de la fecha indicada en el envase, siempre que se haya respetado la cadena de frío. Si se almacenan correctamente, el pescado crudo puede conservarse entre 6 y 9 meses después de la fecha de caducidad. En el caso de las aves de corral y las frutas y verduras, el plazo se extiende hasta un año. Sin embargo, los platos congelados se conservan peor que los productos envasados.

Alimentos que definitivamente no debes comer después de la fecha de vencimiento

Es más probable que las bacterias residan en determinados alimentos, como las carnes crudas, los huevos y el pescado envasados ​​al vacío, así como los embutidos.

Por lo tanto, para proteger tu salud y evitar una posible infección alimentaria, debes confiar escrupulosamente en la fecha de caducidad mencionada en estos alimentos.

Además, si el envase se hincha, esto puede indicar que en el alimento están proliferando bacterias como la salmonela, la listeria o la escherichia coli. Además, si abres estos productos contaminados con bacterias, observarás un aspecto gelatinoso y percibirás un olor desagradable.

Además, los zumos de frutas frescas pueden contener bacterias si no se respeta la fecha de caducidad, al igual que los quesos elaborados con leche cruda. Y con razón, los quesos frescos son vulnerables a las bacterias y es necesario prestar atención a cualquier color y olor sospechosos.

Por último, las ensaladas que se venden en bolsas pueden contener bacterias. En este sentido, es fundamental respetar la fecha de caducidad que figura en el envase.

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